domingo, 3 de mayo de 2020

57 JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

57 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
«¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo!» (Mt 14, 27)
Las Palabras de la Vocación
Fuente: CEVyM

El domingo IV de Pascua, conocido como “del Buen Pastor”, celebramos en toda la Iglesia, la Jornada Mundial de oración por las vocaciones, instituida desde el tiempo del Papa Paulo VI; esta Jornada es un momento propicio para meditar el mensaje del Papa, mirarnos unos a otros en nuestros hogares, y si hay adolescentes y jóvenes –que es la etapa del descubrimiento del llamado que Dios hace a cada uno–,  hacer oración especialmente por ellos, para que dispongan su vida y respondan con generosidad, ya sea a la vocación laical, a la vida consagrada o al sacerdocio ministerial.
Este año el Papa Francisco nos invita a ver nuestra vida a la luz de la travesía en el lago de Tiberíades que emprendieron los apóstoles después de la multiplicación de los panes (Cfr. Mt 14, 22-33). A todos los cristianos el Señor nos llama a seguirlo en una vocación específica: en el matrimonio, en la vida consagrada, o en el sacerdocio; esta llamada es una aventura, que no es pacífica, «y el miedo de no lograrlo y de no estar a la altura de la llamada amenaza con hundirlos». Cuatro palabras, que son inherentes a toda vocación específica, guían nuestra reflexión.
«Gratitud». Podemos reconocer que Jesús nos llama a una vocación específica, solo cuando nuestro corazón reconoce la acción de Dios en la propia vida y le damos gracias por ello. Porque «la vocación, más que una elección nuestra, es respuesta a un llamado gratuito del Señor».
«Ánimo». Cuando Jesús se acercó a los apóstoles caminando sobre las aguas, ellos creyeron que era un fantasma; es el “fantasma de la incredulidad” el que nos hace pensar que no podremos seguir el llamado de Jesús, creyendo que nos equivocamos o que no estamos a la altura; pero Jesús mismo es quien nos dice: «¡Ánimo!, soy yo; no teman”. Y nos alienta con sus palabras y su presencia, porque “sabe que una opción fundamental de vida –como la de casarse o consagrase de manera especial a su servicio– requiere valentía».
«Fatiga». Cada vocación específica tiene grandes compromisos y, «si dejamos que nos abrume la idea de la responsabilidad que nos espera –en la vida matrimonial, o en el ministerio sacerdotal– o las adversidades que se presentarán, entonces apartaremos la mirada de Jesús rápidamente y, como Pedro, correremos el riesgo de hundirnos». En los momentos de duda, cansancio y miedo, Jesús nos tiende la mano «y nos da el impulso necesario para vivir nuestra vocación con alegría y entusiasmo».
«Alabanza». Que a partir de la experiencia del seguimiento al llamado de Jesús, nuestra vida se abra a la alabanza, como lo hizo la Santísima Virgen María.
Vivimos un momento muy especial en el mundo a causa de la pandemia provocada por el coronavirus, que nos ha hecho permanecer largo tiempo con nuestras familias, tiempo que ha sido aprovechado para participar, de manera virtual, en la misión de la Iglesia, especialmente por las celebraciones litúrgicas y catequesis transmitidas a través de las redes sociales y otros medios electrónicos; creemos que también es una oportunidad para reflexionar como familia el tema de la vocación, y así, seguir esforzándonos por crear una cultura vocacional (Cfr. PGP 74); pues, como el mismo papa Francisco hace alusión, cada bautizado tiene un llamado, una vocación específica.
Nos despedimos retomando las palabras del papa Francisco: «deseo que la Iglesia recorra este camino al servicio de las vocaciones abriendo brechas en el corazón de los fieles, para que cada uno pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida, encontrar la valentía de decirle «sí», vencer la fatiga con la fe en Cristo y, finalmente, ofrecer la propia vida como un cántico de alabanza a Dios, a los hermanos y al mundo entero».

+ Gonzalo A. Calzada Guerrero
Obispo de Tehuacán
Responsable de la Dimensión Episcopal para la Pastoral Vocacional
+ Pedro S. de J. Mena Díaz
Obispo Auxiliar de Yucatán
Presidente de la CEVyM

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