EL BAUTISMO

¿QUE ES EL BAUTISMO?
El Papa Francisco lo explica de esta manera:
(Ver Ritual del Bautismo aquí)

“El Bautismo es el sacramento en el cual se funda nuestra fe misma, que nos injerta como miembros vivos en Cristo y en su Iglesia. Junto a la Eucaristía y la Confirmación forma la así llamada 'Iniciación cristiana', la cual constituye como un único y gran acontecimiento sacramental que nos configura al Señor y hace de nosotros un signo vivo de su presencia y de su amor”.
Y continúa: “Es en virtud del Bautismo, en efecto, que, liberados del pecado original, hemos sido injertados en la relación de Jesús con Dios Padre; que somos portadores de una esperanza nueva, porque el Bautismo nos da esta esperanza nueva: la esperanza de ir por el camino de la salvación, toda la vida. Esta esperanza que nada ni nadie puede apagar, porque, la esperanza no defrauda. Recuerden: la esperanza en el Señor no decepciona. Gracias al Bautismo somos capaces de perdonar y amar incluso a quien nos ofende y nos causa el mal; logramos reconocer en los últimos y en los pobres el rostro del Señor que nos visita y se hace cercano. El Bautismo nos ayuda a reconocer en el rostro de las personas necesitadas, en los que sufren, incluso de nuestro prójimo, el rostro de Jesús. Todo esto es posible gracias a la fuerza del Bautismo”. (Papa Francisco, Audiencia general (8 de enero de 2014).

¿Qué es el Bautismo?
Es el sacramento por el que renacemos a la vida divina y somos hechos hijos de Dios.

¿Por qué el Bautismo es el primero de los sacramentos?
Porque es la puerta que abre el acceso a los demás sacramentos, y sin él no se puede recibir ningún otro.

¿Qué efectos produce?
Los efectos que produce el Bautismo son: perdona el pecado original y cualquier otro pecado, con las penas debidas por ellas. Se nos dan las tres divinas personas junto con la gracia santificante. Infunde la gracia santificante, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo. Imprime en el alma el carácter sacramental que nos hace cristianos para siempre. Nos incorpora a la Iglesia.

¿Quién puede bautizar?
Lo normal es que bautice el Obispo, el sacerdote o el diácono, pero en caso de necesidad puede hacerlo cualquier persona que tenga intención de hacer lo que hace la Iglesia.

¿Es necesario prepararse para el Bautismo?
En el caso de los que alcanzaron el uso de razón, sí lo es. La preparación se puede hacer en las parroquias.

¿Qué rol ocupan los padrinos?
Tienen la función de asistir a los bautizados en su iniciación cristiana. En el caso de los niños, en conjunto con los padres. Deben procurar que sus ahijados lleven una vida cristiana congruente con la gracia que reciben y que cumplan con las obligaciones contraídas por el sacramento.
Pueden ejercer este rol de cuatro formas. Con oración por sus ahijados, con su buen ejemplo, con orientación en la vida espiritual y, de ser necesario, supliendo a sus padres para velar por su formación y práctica religiosa.

¿Cómo elegir a los padrinos? ¿Qué tener en cuenta?
El Catecismo de la Iglesia Católica pide “que sean creyentes sólidos, capaces y prestos a ayudar al nuevo bautizado, niño o adulto, en su camino de la vida cristiana. Su tarea es una verdadera función eclesial”.

El Código de Derecho Canónico puntualiza algunos requisitos:
+ Que sea elegido por quien va a bautizarse o por sus padres; y que tenga capacidad para esta misión e intención de desempeñar
+ Que sea mayor de 16 años, salvo una excepción
+ Que sea católico, esté confirmado, haya recibido la Comunión y lleve una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir
+ Que no esté afectado por una pena canónica
+ Que no sea el padre o la madre de quien se ha de bautizar

¿Cómo concretar un Bautismo?
Basta con ir a la parroquia y hablar con el sacerdote, él indicará lo que hay que  hacer y de qué manera.

De gran interés:
Catequesis del Papa Francisco sobre el Bautismo: 8 de enero de 2014 y 15 de enero de 2014
Consejos del Papa Francisco a padres y padrinos: Homilía 11 enero de 2015.



EL MISTERIO PASCUAL EN LOS SACRAMENTOS DE LA IGLESIA


1275 La iniciación cristiana se realiza mediante el conjunto de tres sacramentos: el Bautismo, que es el comienzo de la vida nueva; la Confirmación, que es su afianzamiento; y la Eucaristía, que alimenta al discípulo con el Cuerpo y la Sangre de Cristo para ser transformado en Él.
1276 "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado" (Mt 28,19-20).
1277 El Bautismo constituye el nacimiento a la vida nueva en Cristo. Según la voluntad del Señor, es necesario para la salvación, como lo es la Iglesia misma, a la que introduce el Bautismo.
1278 El rito esencial del Bautismo consiste en sumergir en el agua al candidato o derramar agua sobre su cabeza, pronunciando la invocación de la Santísima Trinidad, es decir, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
1279 El fruto del Bautismo, o gracia bautismal, es una realidad rica que comprende: el perdón del pecado original y de todos los pecados personales; el nacimiento a la vida nueva, por la cual el hombre es hecho hijo adoptivo del Padre, miembro de Cristo, templo del Espíritu Santo. Por la acción misma del bautismo, el bautizado es incorporado a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y hecho partícipe del sacerdocio de Cristo.
1280 El Bautismo imprime en el alma un signo espiritual indeleble, el carácter, que consagra al bautizado al culto de la religión cristiana. Por razón del carácter, el Bautismo no puede ser reiterado (cf DS 1609 y 1624).
1281 Los que padecen la muerte a causa de la fe, los catecúmenos y todos los hombres que, bajo el impulso de la gracia, sin conocer la Iglesia, buscan sinceramente a Dios y se esfuerzan por cumplir su voluntad, pueden salvarse aunque no hayan recibido el Bautismo (cf LG 16).
1282 Desde los tiempos más antiguos, el Bautismo es dado a los niños, porque es una gracia y un don de Dios que no suponen méritos humanos; los niños son bautizados en la fe de la Iglesia. La entrada en la vida cristiana da acceso a la verdadera libertad.
1283 En cuanto a los niños muertos sin bautismo, la liturgia de la Iglesia nos invita a tener confianza en la misericordia divina y a orar por su salvación.
1284 En caso de necesidad, toda persona puede bautizar, con tal que tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia, y que derrame agua sobre la cabeza del candidato diciendo: "Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario