(etcmegacel 7-Oct-2013) Aquí pienso aún en ustedes sacerdotes, y dejen que me ponga yo también con ustedes. ¿Qué existe de más bello para nosotros, si no caminar con nuestro pueblo? ¡Es bello! Cuando yo pienso en estos párrocos que conocen el nombre de las personas de la parroquia, que iba a encontrarlos, también como uno me decía: “Yo conozco el nombre del perro de cada familia”: ¡También el nombre del perro conocían! Que bello era, ¿no? ¿Qué hay más bello? Lo repito seguido: caminar con nuestro pueblo, a veces delante, a veces en medio y a veces detrás: adelante, para guiar la comunidad, en medio, para animarla y sostenerla, detrás, para tenerla unida para que ninguno se quede demasiado, demasiado atrás: para tenerla unida. Y también por otra razón: ¡Porque el pueblo tiene “olfato”! Tiene olfato para encontrar nuevos senderos para el camino, tiene el “sensus fidei” que dicen los teólogos. ¿Qué cosa hay de más bello? Y en el Sínodo debemos saber también qué les dice el Espíritu Santo a los laicos, al Pueblo de Dios, a todos. (Ver más aquí)
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