sábado, 1 de noviembre de 2014

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

"Vengan benditos de mi Padre"
Blanco o morado

Ciclo "A"  PRIMERA MISA / Ciclo "B" TERCERA MISA / Ciclo "C" SEGUNDA MISA
PRIMERA LECTURA (2 Mac 12, 43-46 )
Del segundo libro de los Macabeos
En aquellos días, Judas Macabeo, jefe de Israel, hizo una colecta y recogió dos mil dracmas de plata, que envió a Jerusalén para que ofrecieran un sacrificio de expiación por los pecados de los que habían muerto en la batalla.
Obró con gran rectitud y nobleza, pensando en la resurrección, pues si no hubiera esperado la resurrección de sus compañeros, habría sido completamente inútil orar por los muertos. Pero él consideraba que, a los que habían muerto piadosamente, les
estaba reservada una magnífica recompensa.
En efecto, orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados es una acción
santa y conveniente. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 102)
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R.
Como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama, pues bien sabe Él de lo que estamos hechos y de que somos barro, no se olvida. R.
La vida del hombre es como la hierba, brota como una flor silvestre: tan pronto la azota el viento, deja de existir y nadie vuelve a saber nada de ella. R.
El amor del Señor a quien lo teme es un amor eterno, y entre aquellos que cumplen con su alianza, pasa de hijos a nietos su justicia. R.

SEGUNDA LECTURA (1 Cor 15, 20-24. 25-28)
De la primera carta del Apóstol san Pablo a los corintios
Hermanos: Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también por un hombre vendrá la resurrección de los muertos. 
En efecto, así como en Adán todos mueren, así en Cristo todos volverán a la vida; pero cada uno en su orden: primero Cristo, como primicia; después, a la hora de su advenimiento, los que son de Cristo. 
Enseguida será la consumación, cuando Cristo entregue el Reino a su Padre. Porque Él tiene que reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies a todos sus enemigos. El último de los enemigos en ser aniquilado, será la muerte. Es claro que cuando la Escritura dice: Todo lo sometió el Padre a los pies de Cristo, no incluye a Dios, que es quien le sometió a Cristo todas las cosas. 
Al final, cuando todo se le haya sometido, Cristo mismo se someterá al Padre, y así Dios será todo en todas las cosas. Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Jn 11, 25. 26)
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá. R.

EVANGELIO (Lc 23, 44-46. 50. 52-53; 24, 1-6)
Del santo Evangelio según san Lucas
Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!” Y dicho esto, expiró. 
Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y justo, se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía. 
El primer día después del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 
Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron el rostro a tierra, los varones les dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado”. Palabra del Señor.

Ciclo "A"  SEGUNDA MISA / Ciclo "C" TERCERA MISA
PRIMERA LECTURA (Daniel 12, 1-3)
Lectura de libro del profeta Daniel
En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que defiende a tu pueblo. 
Será aquél un tiempo de angustia, como no lo hubo desde el principio del mundo. Entonces se salvará tu pueblo; todos aquellos que están escritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo, despertarán: unos para la vida eterna, otros para el eterno castigo.
Los guías sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que enseñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la eternidad. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 121)
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor!” y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas. R
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor R.
Digan de todo corazón: Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te aman, que haya paz dentro de tus murallas y que reine la paz en cada casa. R.
Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz contigo”. Y por la casa del Señor,mi Dios, pediré para ti todos los bienes. R.

SEGUNDA LECTURA (2 Cor 5, 1. 6-10)
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 
Hermanos: Sabemos que, aunque se desmorone esta morada terrena, que nos sirve de habitación, Dios nos tiene preparada en el cielo una morada eterna, no construida por manos humanas. Por eso siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos en el cuerpo, estamos desterrados, lejos del Señor. Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía. Estamos, pues, llenos de confianza y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. 
Por eso procuramos agradarle, en el destierro o en la patria. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta vida. Palabra de Dios

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Ap 14, 13)
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que mueren en el Señor; que descansen ya de sus fatigas, pues sus obras los acompañan. R.

EVANGELIO (Jn(12, 23-28)
Lectura del santo Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna. 
El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre.
Ahora que tengo miedo, ¿le voy a decir a mi Padre: ‘Padre, líbrame de esta hora’? No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre”. Se oyó entonces una voz que decía: “Lo he glorificado y volveré a glorificarlo”. Palabra del Señor.

Ciclo "A"  TERCERA MISA / Ciclo "B" PRIMERA MISA
PRIMERA LECTURA (Sab 3, 1-9)
Del libro de la Sabiduría
Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento. 
Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción.
Pero los justos están en paz. 
La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable.
En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. 
Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 26)
R. Espero ver la bondad del Señor.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacernos temblar? R.
Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia. R.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión. El corazón me dice que te busque y buscándote estoy. No rechaces con cólera a tu siervo. R.
La bondad del Señor espero ver en esta vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R.

SEGUNDA LECTURA (1 Jn 3, 14-16)
De la primera carta del Apóstol san Juan
Hermanos: nosotros estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida y bien saben ustedes que ningún homicida tiene la vida eterna. 
Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así también
debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos. Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mt 25, 34)
R. Aleluya, aleluya.
Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. R.

EVANGELIO (Mt 25, 31-46)
Del santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria.
Entonces serán congregadas ante Él todas las naciones, y Él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda. 
Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’ Y el Rey les dirá: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’. 
Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’. 
Entonces ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?’ Y Él les replicará: ‘Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’. Entonces irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”. Palabra del Señor.

Ciclo "B"  SEGUNDA MISA / Ciclo "C" PRIMERA MISA
PRIMERA LECTURA (Is 25, 6. 7-9)
Del libro del profeta Isaías 
En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte un festín con platillos suculentos para todos los pueblos. 
Él arrancará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor.
En aquel día se dirá: “Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 129)
R. Señor, escucha mi oración.
Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. R.
Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos. R.
Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela. R.
Como aguarda a la aurora el centinela, aguarda Israel al Señor, porque del Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención, y Él redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades. R.

SEGUNDA LECTURA ( 1 Tes 4, 13-14. 17-18)
De la primera carta del Apóstol san Pablo a los tesalonicenses
Hermanos: no queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que murieron en Jesús, Dios los llevará con Él, y así estaremos siempre con el Señor. 
Consuelense, pues, unos a otros, con estas palabras. Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Jn 3, 16)
R. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R.

EVANGELIO (Jn 6, 51-58)
Del santo Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida”. 
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” 
Jesús les dijo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. 
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí. 
Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan, vivirá para siempre”. Palabra del Señor.

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