miércoles, 31 de diciembre de 2014

SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

"María, por su parte, guardaba todas estas cosas 
y las meditaba en su corazón".
Ciclos "A, B y C" Blanco.

PRIMERA LECTURA (Num 6, 22-27)
Del libro de los Números
En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo: “Di a Aarón y a sus hijos: ‘De esta manera bendecirán a los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz´.
Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré". Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 66)
R/. Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tu juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R.

SEGUNDA LECTURA (Gal 4, 4-7)
De la carta del apóstol San Pablo a los Gálatas
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos.
Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama "¡Abba!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Heb 1, 1-2)
R. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo.   
R. Aleluya, aleluya.

EVANGELIO (Lc 2, 16-21)
Del santo Evangelio según San Lucas
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado.
Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido. 
Palabra del Señor.

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