jueves, 28 de mayo de 2015

LA JMCS-2015 A TRAVÉS DEL CINE (1)

     En el Mensaje para la Jornada de las Comunicaciones Sociales de 2015, el Papa Francisco nos dice que “La familia es el primer lugar donde aprendemos a comunicar…, un ambiente en el que se aprende a comunicar en la proximidad, y un sujeto que comunica, una «comunidad comunicante»” (Cfr. Mensaje del 23 enero 2015). Vale mucho leer y meditar todo el mensaje, y revisar nuestras actitudes en la propia familia. Pero también ayuda vernos a través de otro prisma en las historias contadas a través del cine. En ellas, como en un espejo, quizás descubramos aspectos no advertidos o dejados de lado. Sugiero siete películas para hacer este ejercicio, personalmente, en familia, o en algún grupo de vida.
     El orden propuesto para verlas parece el más pedagógico, pero puede haber otra elección. En cada una hay también un párrafo del Papa para meditar. Las preguntas que pueden guiar son:
- ¿Cómo habla de mí y mi familia esta historia de la película?
- ¿Con cuál personaje me siento identificado?
- ¿A qué me siento invitado al verme en esta historia?
     Compartir dentro de la familia la reflexión que brota al ver la película puede mejorar y enriquecer la manera de comunicarnos en nuestro ambiente más cercano. Como dice el Papa, “Volver a este momento originario nos puede ayudar, tanto a comunicar de modo más auténtico y humano, como a observar la familia desde un nuevo punto de vista”.
El color del paraíso / Director: MajidMajidi / Irán, 1999, 90 minutos
     Mohamad es un niño de una escuela para ciegos que va a pasar el tiempo de vacaciones con su familia. Su padre se muestra huraño y piensa que su hijo es una maldición o una vergüenza para sus aspiraciones materiales; su abuela es ternura y acogida; sus hermanitas, alegría y convivencia inocente; sus maestros, preocupación y empeño. Mohamad anhela encontrar a Dios en medio de su limitación. Si nos comparamos con estos personajes de la película, los espectadores somos invitados a revisar nuestra propias actitudes en la familia.
     “«Visitar» comporta abrir las puertas, no encerrarse en uno mismo, salir, ir hacia el otro. También la familia está viva si respira abriéndose más allá de sí misma, y las familias que hacen esto pueden comunicar su mensaje de vida y de comunión, pueden dar consuelo y esperanza a las familias más heridas, y hacer crecer la Iglesia misma, que es familia de familias… Podemos dar porque hemos recibido, y este círculo virtuoso está en el corazón de la capacidad de la familia de comunicarse y de comunicar; y, más en general, es el paradigma de toda comunicación”.

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