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Fuente: Radio Vaticano. La Iglesia en México inaugura el Año de la Juventud como camino de los jóvenes hacia el Sínodo de los Obispos convocado por el Papa Francisco para octubre de 2018 y que estará dedicado al tema: “Los Jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.
La apertura tuvo lugar el domingo 22 de octubre con una Misa presidida por el Nuncio Apostólico en México, monseñor Franco Coppola, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Hasta el lugar llegaron adolescentes y jóvenes mexicanos provenientes de todas las jurisdicciones eclesiásticas del país y la ceremonia estuvo marcada por dos momentos especiales: La entronización de las reliquias de San José Sanchez del Río, joven mártir de la guerra cristera, asesinado con tan sólo 14 años, quien fue nombrado patrono de los jóvenes de la arquidiócesis de la Ciudad de México. Y junto a él, la figura de San Felipe de Jesús, primer santo mexicano mártir en Japón al inicio del siglo XVII, nombrado patrono de todos los jóvenes de México.
Con este gran acontecimiento, la Iglesia en México dio oficialmente la bienvenida al "Año de la Juventud", de octubre de 2017 a octubre de 2018; una iniciativa que los obispos mexicanos ponen en marcha de cara al Sínodo de los Obispos con el fin de fortalecer la comunión con toda la Iglesia Universal que se prepara para celebrar este gran evento sinodal.
Juventud: esperanza del presente y futuro de la Iglesia
En un carta publicada recientemente por la Conferencia Episcopal Mexicana, los obispos explican que la Iglesia es consciente "de la riqueza que representan los adolescentes y jóvenes para la nación" y manifiestan su deseo para que en "este período se viva de manera intensiva la Misión Joven, una manifestación concreta de la opción preferencial que hacemos por la evangelización de la juventud y de la profunda convicción de que son los jóvenes un verdadero potencial para el presente y el futuro de la evangelización en el mundo”.
“No somos ajenos ante las luces y sombras que se viven día a día en el mundo juvenil", aseguran los prelados en el documento. "Por esta razón, queremos profundizar en las necesidades de nuestra juventud, mediante un programa de reflexión y acción que aliente el protagonismo del joven en la misión de la Iglesia, en la transformación del mundo, de sus espacios vitales y comunidades”.
Por último, los obispos aseguran que con esta iniciativa, esperan marcar el camino que quieren emprender como pueblo para demostrar las grandes cualidades y talentos de las nuevas generaciones: su riqueza, su esperanza, su dignidad: “Que este caminar esté unido al Sínodo de los Obispos. Que esta aportación en este momento particular de la historia, nos ayude a encontrar como Iglesia también las modalidades más eficaces de hoy para anunciar la alegría del Evangelio, el cual produce vida en plenitud”, concluyen los prelados.
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