viernes, 20 de febrero de 2015

MIÉRCOLES DE CENIZA 2015


 

 
EXPLICADO POR SAN JUAN PABLO II Y BENEDICTO XVI
     Queridos amigos, hoy es miércoles de ceniza, primer día de la Cuaresma. Comienza hoy un tiempo de penitencia para prepararnos a la celebración de la Pascua.
     El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. La abstinencia obliga a partir de los 14 años, y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.
     Aunque hoy no es día de precepto, es muy bueno acudir a la Santa Misa en la que hoy se imponen las cenizas. El rito de la imposición de las cenizas nos hace ver que la Cuaresma es un tiempo de gracia y favorable para la conversión. Esta llamada a la conversión se expresa en la liturgia de la imposición de las cenizas, con dos fórmulas: “Convertíos y creed en el Evangelio”, y “Recuerda que eres polvo, y al polvo volverás”.

     La primera fómula "Convertíos y creed el Evangelio" (Mt 1, 15), “subraya cuál es la condición indispensable para avanzar por la senda de la vida cristiana: se requieren un cambio interior real y la adhesión confiada en la palabra de Cristo”, según explica San Juan Pablo II.
     Benedicto XVI añade que “Convertirse significa cambiar de dirección en el camino de la vida: pero no para un pequeño ajuste, sino con una verdadera y total inversión de la marcha. Conversión es ir contracorriente, donde la “corriente” es el estilo de vida superficial, incoherente e ilusorio, que a menudo nos arrastra, nos domina y nos hace esclavos del mal o en todo caso prisioneros de la mediocridad moral”. “
     “Con la conversión, en cambio, se apunta a la medida alta de la vida cristiana, se nos confía al Evangelio vivo y personal, que es Cristo Jesús. Su persona es la meta final y el sentido profundo de la conversión, él es el camino sobre el que estamos llamados a caminar en la vida, dejándonos iluminar por su luz y sostener por su fuerza que mueve nuestros pasos”. 

     Otra fórmula que puede acompañar el gesto simbólico del rito de la imposición de la ceniza es: "Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás" (cf. Gn 3, 19). San Juan Pablo II explica: 
     “Estas palabras, tomadas del libro del Génesis, recuerdan la caducidad de la existencia e invitan a considerar la vanidad de todo proyecto terreno, cuando el hombre no funda su esperanza en el Señor”. 
     “Por tanto, la liturgia de hoy puede considerarse, en cierto modo, como una ‘liturgia de muerte’”: como Cristo, que "se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz , también nosotros debemos morir a nosotros mismos para renacer a la vida eterna”.

     “Escuchemos la invitación que el Señor nos hace a través de los gestos y las palabras, intensas y austeras, de la liturgia de este miércoles de Ceniza. Acojámosla con la actitud humilde y confiada que nos propone el salmista: ‘Contra ti, contra ti solo pequé; cometí la maldad que aborreces’. Y también: ‘Oh Dios, crea en mí un corazón puro; renuévame por dentro con espíritu firme...’ (cf. Sal 50)”.
     “Ojalá que el tiempo cuaresmal sea para todos una renovada experiencia de conversión y de profunda reconciliación con Dios, con nosotros mismos y con nuestros hermanos”.

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